sábado, 11 de septiembre de 2010

Cap. 22

Cerré el móvil. Y lo guarde en el bolso.


- ¿Eso es un sí?

- Si – dije riendo

Entramos en su portal y subimos a su casa.

- Vamos a avisar a mi hermano. ¿Ya lo conoces, no?

- Si, de vista – Era verdad, su hermano era muy alto, de pelo marrón y ojos verdes, como Marcos. Tenía dos años más que nosotros, no lo conocía mucho, era un poco borde pero se llevaba bastante bien con Marcos. Se llamaba Danny.

Fuimos a la habitación de su hermano, él pico a la puerta.

- Pasa – dijo su hermano, el paso y yo me quede en la puerta. La verdad que dentro de casa no parecía tan borde – Hola, Yohana, ¿no? – dijo cuando me vio.

- Hola. Sí, soy yo – respondí sonriendo. La verdad que estaba bastante incómoda.

- Eso es un se queda a cenar, cenas con nosotros o te piras con los amigos, ¿no?

- Joder tío, como me conoces - dijo riendo – Básicamente es eso, ¿quedaste?

- No pero me piro igual, y os dejo solos – dijo riendo y mirándonos a los dos. Salió de la habitación y al salir me dio un abrazo – Chao cuñada – yo reí. Fue a la cocina, cogió la chaqueta vaquera y se metió la cartera y el móvil en los bolsillos y salió por la puerta.

Fuimos a la habitación de Marcos, la verdad que estaba bien organizada y aunque no era muy grande había sitio libre. Se sentó en la cama y yo a su lado.

- ¿Qué te parece? – me dijo

- ¿Qué me parece que?

- Mi hermano – respondió

- Bien, la verdad que pensé que era un borde, pero es majo

- ¿Borde?

- Si, no sé porque, pero lo parecía y como sois hermanos, pensé que os pareceríais en eso – dije riendo

- ¡Oye! - me empezó a hacer cosquillas

- Para, Marcos, ¡Para! – me estaba muriendo de la risa, no podía aguantarme. Por fin, el paró. Menos mal…

El se empezó a reír.

- ¿De qué te ríes? – dije poniendo cara de enfadada


- Te tenias que haber visto la cara – dijo riéndose aun. Que capullo era. Me acerque para darle un beso y cuando estábamos a un centímetro me di la vuelta – Eso no vale. Voy al baño, ahora vengo.

Me senté en su escritorio, lo primero que vi fue un papelito que ponía:

“Tus labios son mi debilidad, por si no lo sabes, siempre voy a hacer lo que me pidan. Y & M”

Me encantaba esa frase. Cuando llego del baño se la dije.

- ¡Jo! Ya lo leíste – me dijo poniendo cara de pena

- ¿Todo lo que te pidan, Todo todo todo?

- Si, absolutamente todo

- Pues dame un masaje – dije riendo

- Eso no lo dicen los labios, eso es la boca – dijo haciendo una mueca. Yo reí.

- Bueno pues entonces nada…

No hay comentarios:

Publicar un comentario