sábado, 11 de septiembre de 2010

Cap. 21

- Diego, es para matarte, esta te la debo – dije desde dentro del agua – No sabía que conocías al nuevo – dije señalando a Carlos.
- Ni yo hasta que he visto que era el – dijo riendo – creo que para conocerle deberíais acercaros vosotros a él, es muy reservado
- Vale – me aleje y fui hasta Marcos que ya estaba en el agua – Oye voy a ver al nuevo, no te enfadaras, ¿no? – Le dije y le hice una aguadilla
Fui hacia las escaleras, subí arriba y le hice una señal a Pablo de que se alejara y salte al lado de Carlos chiscándole, le hice una aguadilla.
- Diego, yo te mato chaval – se giro y vio que yo no era Diego
- Creo que yo no soy Diego, jaja, Diego es aquel – dije riendo
- Ya, tú eras, Yo, ¿no?
- La misma – dije riendo, le hice una señal a Sheila para que viniera, me debía una.
Empezamos a hablar, vi a Marcos con Irene, Lau y Noe. Fui allí y deje a los dos solos. Subí al muro de donde estaban ellos y me tiraron. Yo les mataba. Me acordé de que le debía una a Diego, fui a donde estaba el y le tire pero yo caí con el también. Nos reímos muchísimo. Salimos del agua nos pusimos en corro y empezamos a hablar de todo un poco.
La tarde paso rápida. Luego fuimos a la casa de Diego, era bastante grande y nos sentamos en el patio. Hablamos de alquilar un local para dormir tres días todos juntos, que entre todos, no sería a mucho. Nos pusimos de acuerdo y le alquilamos uno a unos vecinos, una semana eran 300 €, si era caro, pero éramos muchos, asique nos dio un poco igual, además era grandísimo. Al final, nos quedábamos una semana. Iba a ser un desfase.
Lo hable con mi madre y me dejó. A todos nos dejaban. Éramos: Carla, Aitor, Laura, Irene, Sheila, Noelia, Jessica , Diego, Lucas, Marcos, Pablo, Carlos y yo. ¡ERAMOS 13! Nos tocaba pagar 24 € cada uno más o menos. Era un buen precio. Y la semana siguiente no se iba ninguno de nosotros de vacaciones.
La semana paso rápida. Mis días eran rutinarios hasta el jueves:
La mañana normal hasta las doce y media, a esa hora iba a ver a Diego, que estaba malo, yo insistía en quedarme con el de tarde y él me decía que fuera con los demás. A las ocho le volvía a ver y me iba a casa.
El viernes me desperté e hice todo pero antes de las doce y media alguien pico al timbre, era Diego, yo ya sabía que s iba a poner bien en seguida, porque el jueves estaba casi bien, pero eso, eso no me lo esperaba. De tarde quedamos todos y fuimos a pagar a los vecinos que nos “alquilaban el bajo” MENUDA SEMANA IBAMOS A PASAR. Marcos estaba raro, asique fui con el a casa a las ocho. Nos paramos en un banco.
-¿Qué te pasa últimamente? – Le dije – esta última semana estabas muy raro
- Es que…
- Es por diego, ¿no? – le dije yo, al ver su reacción supe que era por eso. El asintió – Sabes que entre él y yo no hay nada, nada. Solo es mi mejor amigo. Tienes que entenderlo.
- Vale – me dio un beso, pero no estaba como siempre todavía – ¿Te quedas a cenar? No están mis padres y de mis hermanos solo está el mayor, anda…
- Vale, voy a llamar a mi madre.
PIPIPI…
- …
- Mamá, ¿puedo llegar a las once?
- …
- Ya voy cenada, ¿vale?
- …
- Claro mama. Chao, te quiero

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